Este sitio contiene la obra hablada y escrita del maestro Colombiano-Mexicano Victor Manuel Gómez Rodríguez (1917 – 1977), cuyo verdadero nombre es Samael Aun Weor y quien durante las décadas de los 50, 60 y 70 del pasado siglo XX, instruyó una escuela a la que acuñó originalmente el nombre de: “MOVIMIENTO GNÓSTICO CRISTIANO UNIVERSAL”. En 1950, se le preguntó: "Maestro, ¿por qué se ha dado el nombre de Movimiento?", "porque es una acción en movimiento, el Movimiento Gnóstico, es como un tren en marcha, va hacia una meta, igual que un tren, y en una estación se bajan unos y suben otros y el tren sigue su marcha hacia su destino; por ahora soy el conductor y tú el fogonero, el proveedor, el maquinista...". 22 años más tarde, en el capítulo 26 de: “Las tres Montañas”, escribió: “Ciertamente el Movimiento Gnóstico es un tren en marcha; unos pasajeros suben en una estación y se bajan en otra; raros son aquellos que llegan hasta la estación final”. Explicar que este movimiento no fue una secta más ni una escuela esotérica como otra cualquiera, hacer que la gente se entere de que llegó el avatara de Acuario, explicar que merece la pena no perder este tren incluso si uno no llega a alcanzar la estación final, no está al alcance de cualquiera, pero incluso si así se logra, entenderlo tampoco.
Volviendo a reflexionar una y otra vez sobre cómo plantear este sitio al visitante, tengo comparado el caso del maestro Samael Aun Weor con lo que en su día hubiera sido conocer en persona a Jesucristo, y poder escuchar su mensaje tal como fue antes de que todos sus funestos intermediarios -unos deliberadamente y otros sin siquiera darse cuenta- cerraran definitivamente el acceso a sus secretos, pues con la misma estupidez (como en su día malentendimos el mensaje de Jesúcristo hasta dejarlo inservible), está siendo ahora deformado el mensaje de Samael a pesar que no hace ni 40 años que dejó de predicarlo personalmente.
Vencer el temor a la razón de la sinrazón, aprender a ver a dios en el poder creador del sexo y a orar en ese único y verdadero altar, aprender a “salir al monte” a conversar cara a cara con los dioses santos y a venerar su palabra y a honrarlos, contactar personalmente con las tripulaciones de las naves interplanetarias, etc., es aplicar en forma práctica lo que el maestro enseña, y puede lograrse a despecho de las pretendidas pruebas de falsedad de los que no pueden, no saben, o no quieren aprovechar este mensaje que, en Acuario, es aquel que Juan el Bautista diera en Piscis y luego refrendase Jesucristo nuestro señor: Esa es la verdad que oso mostrar en esta humilde página.
..."Hoy por hoy mis queridos hermanos y por siempre, renuncio y he renunciado, y seguiré renunciando, a los derechos de autor. ¡Lo único que deseo es que estos libros se vendan en forma barata, al alcance de los pobres, al alcance de todos los que sufren y lloran! ¡Que el más infeliz ciudadano pueda conseguir ese libro, con los pocos pesos que lleva entre su bolsa! ¡Eso es todo!" (Samael Aun Weor, México – 29/10/1976, escúchalo).
Acceder a la obra de Samael Aun Weor